Producciones "La Vieja Escuela" Presentan:

domingo, 23 de agosto de 2015

Estúpido, melancolico y sensual agosto


"Olvídate de ti por un trayecto. Borra tu pasado, tu nombre, tus planes. Apaga el iPhone. No atiendas al taxista, ni le mires. Solo indícale un destino y olvídalo también: él se encarga. Cuando arranque e inicie la marcha, baja tu ventanilla y simplemente viaja. Viaja como follan los ciegos: sintiendo.


Deja que el viento te golpee y observa las calles con ojos de absoluta novedad. Observa lo extraña que es la gente. Observa ese edificio y esa luz que parpadea. El cartel de SE VENDE colgado de un balcón con macetas, las estrellas de un hotel, el estreno de otra peli, dos turistas, un camión. Fíjate en las ruedas del camión cómo se mueven. Giran y avanzan, como tú. Y hacen ruido. No te importa el ruido. El viento también lo hace.



Y si quieres llorar, llora; pero jamás te preguntes por qué. Eso nunca. Ni lo ocultes, ¿para qué? El recién nacido no tiene vergüenza, no conoce. Y la gente adulta llora por un pasado que tú no tienes, o por miedo, ¿qué es el miedo?, no lo sabes. Si tú quieres llorar, llora por el simple placer de jugar. De jugar al agua contra el viento. Arrastra, drena, limpia. Siente el frío exacto en los cauces que dejan las lágrimas. Y espera a notar su sabor en tu boca. ¿Reconoces el sabor? Son saladas. Es el ciclo del mar que hay en ti. Piensa en esto.


Ahora no sabes lo que es sentir, pero sabes que te sientes bien. Todo encaja porque no hay nada que encajar. ¿Acaso necesita engranajes el viento para ser viento, o el agua ruedas dentadas?

 La vida absorta es comprimir el instante, suprimir intermediarios entre tus ojos y el resto.

Y cuando el taxista te señale el destino que olvidaste, cuando reacciones y vuelvas de nuevo a este mundo, contigo también vendrá tu nombre y tu pasado y tus planes. Pero nada será lo mismo"



Exprime la vida....


Hoy hace un año que empecé como marinero menor en este navío que comprende el mundo de los blog´s. Y aunque ya tenía mucho tiempo queriendo tener uno y escribir en el sobre las cosas que más me gustan y hacen sentir, además de mis pequeños escritos que hoy más que nunca significan algo, aunque ese algo sea una especie de nada, no fue hasta que leí esta entrada en el blog de Sindrome Coleccionista que me decidí a empezar a escribir a través de esta plataforma. Y con la ilusión de que, a través de lo que compartiera alguien pudiera llegarse a sentir, como yo me sentí cuando leí esta entrada.

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